domingo, 17 de diciembre de 2017
Pecado y penitencia V: Soberbia
martes, 28 de noviembre de 2017
La irreductible castellana
Vivimos nuestro tiempo como si fuera infinito, sin darnos cuenta de que el día que el marcador llegue a cero nos marcharemos sin poder despedirnos.
En sus 92 años, 9 meses y 26 días de viaje, vio un sistema democrático idealista e incoherente, una guerra civil que desangró su país, una dictadura mutante y oportunista, y el nacimiento y decadencia de una democracia.
Creció sin madre y dio cobijo a cinco hijos propios, y otros tantos que lo necesitaron. Sufrió el machismo en carne propia y tuvo tres nietas que se formaron con la idea de que eso ya no existiera. Hizo gaseosas, helados, regentó un bar y una vaquería, cualquier oficio que permitiera sacar adelante a la familia.
Los que la conocieron, hoy saben tres cosas gracias a ella:
1. Que vale más ser alcalde que tonto, porque a los alcaldes los ponen y los quitan pero tonto se es para toda la vida (aunque a algunos tontos también los hagan alcaldes).
2. Que antes, el que la hacía la pagaba, y el de al lado tenía miedo.
3. Que a la masa de las rosquillas hay que echarle de harina "la que admita" (ahí cada uno con sus unidades de medida).
Además, aprendieron que la vida puede ser dura y aún así feliz si uno está dispuesto a lucharla con una sonrisa y un chascarrillo en la boca.
Su luz se fue apagando lentamente como una tea a la que se le agota el aceite.
En memoria de Claudia Zamora Delgado.
lunes, 13 de noviembre de 2017
Pecado y penitencia IV: Gula
viernes, 13 de octubre de 2017
Pecado y penitencia III: Avaricia
domingo, 24 de septiembre de 2017
Pecado y penitencia II: Envidia
Es incapaz de reprimir el odio y el desprecio cada vez que la ve pavonearse en las escasas reuniones en las que se ven; su amiga, que era una joven gorda y torpe ahora se desenvuelve como si fuera la reina del mambo, coqueteando con unos y otros. Cada vez que habla sobre su adorado trabajo, no puede evitar interrumpir con preguntas impertinentes y malos modos, adjudicándose el protagonismo; en ese grupo, la única con una labor relevante es ella, no importa que otras personas se dediquen a la medicina o la enseñanza. Sólo es capaz de escuchar a la amiga cuando ésta relata algún fracaso amoroso, prueba irrefutable de que a pesar de todos sus éxitos es una pobre infeliz.
Y sin embargo, cada insulto velado y ridiculización dirigidos a la amiga son respondidos por ésta con una carcajada que se ríe de sí misma. Cada fanfarronería son contestados con una frase irónica. Cada interrupción, con un silencio que dice más que mil palabras.
No puede dejar de notar que hace años que la amiga no la llama, y si lo hace es muy de tarde en tarde. Tampoco comparte con ella ningún tipo de confidencia, sólo las que cuenta al grupo de amistades. No cuenta con ella en sus planes y evita su compañía en las ocasiones en las que están en un grupo grande. Y además, no reacciona a ninguna de sus interacciones en las redes sociales, como si éstas carecieran de importancia. Ella lo ve como una muestra de la vanidad de la amiga y no como una protección contra sus ataques. Y no obstante, cada vez que se siente ignorada no puede evitar desgarrarse por dentro y llorar en silencio.
miércoles, 20 de septiembre de 2017
Pecado y penitencia I: Lujuria
martes, 8 de agosto de 2017
El cruce
En ocasiones, la vida te sitúa ante ciertas disyuntivas difíciles de resolver con éxito. Ante ti, un camino bifurcado en dos alternativas antagónicas. La derecha, el deber, la trayectoria que marcaste al poco de empezar a andar; ascendente, pedregosa y directa a la cumbre. A la izquierda, la senda que fluye con la mansedumbre de un río que se funde en el mar; bordea la montaña, no llega al destino que tenías en mente desde el principio.
Si tus piernas se paralizan y los pies se clavan en el suelo sabes que es sólo una tregua temporal que se te concede mientras decides. En muy poco tiempo deberás avanzar en la dirección que hayas elegido.
Derecha o izquierda. Cumbres o llanuras. Sacrificio o renuncia. La ladera que se eleva ante tu mirada indecisa te reta con las aristas rocosas que te magullarán en tu ascenso al cielo. La senda de arena cálida te seduce con la suavidad y sencillez que promete. El objetivo que traías marcado desde el inicio es duro como las piedras que lo forman, pero una vez alcanzado te permitirá anidar entre las nubes y contemplar amaneceres tan extensos como tu pequeña existencia humana. Por el contrario, el sendero que bordea el risco te llevará al otro lado sin sufrimiento... y sin gloria. A esa renuncia se le añade el desconocimiento de esta nueva alternativa, que no habías planeado. ¿No estará cortada traicioneramente a mitad de camino? La incertidumbre hace presa en tu mente y comienza la angustia.
Tus músculos llevan años preparándose para realizar la subida, te impulsan hacia la derecha. Tus huesos, rotos y recompuestos tantas veces con las caídas del camino, están cansados y tiran desesperadamente hacia la izquierda.
Cierra los ojos, funde tu conciencia, aclara tus deseos y despeja tus temores. Decide. Un paso al frente, un paso a la...
viernes, 2 de junio de 2017
La vida en el horizonte (IV)
domingo, 28 de mayo de 2017
La vida en el horizonte (III)
domingo, 21 de mayo de 2017
La vida en el horizonte (II)
martes, 16 de mayo de 2017
La vida en el horizonte (I)
jueves, 9 de febrero de 2017
La coherencia al abordar el acoso escolar... menos gritos y más formación
sábado, 28 de enero de 2017
La metamorfosis del blog
Por tanto, doy la bienvenida a todos los posibles lectores que pasen por aquí -pasados, presentes y futuros-. Intentaré que lo que encontréis aquí sea motivo de maravilla y descubrimiento.
Un saludo.