Comenzaré esta reseña
declarando que soy profesora novata de educación secundaria y acudí al curso organizado CRIF Las Acacias movida por el impacto mediático que tiene el bullying y el
ciberbullying en nuestra sociedad actual, al albur de algunos hechos
tremndamente dramáticos a los que se ha hecho eco. Que conste que parto del
principio de mi experiencia en el aula y no soy objetiva en lo que voy a
comentar, pero en ocasiones me pregunto si los medios podrían referir las
noticias restando sensacionalismo a asuntos de profundidad como es el tema de
acoso escolar; la información nunca debería servir para crear alarma social, y
en este caso, los miembros de la comunidad escolar agradecerían menos cohetes y
más consistencia en la información vertida.
Una vez hecha esta declaración
de intenciones, me gustaría compartir mi experiencia en el curso organizado por
el CRIF Las Acacias. En primer lugar, me sorprendió gratamente el enfoque
multidisciplinar de las jornadas, al poder contar con la participación de
expertos en el trato con niños y adolescentes en ámbitos muy diversos y
complementarios –desde la inspección educativa a la seguridad ciudadana-. Por
otro lado, las ponentes y los ponentes de las jornadas compartieron con los
asistentes sus conocimientos y experiencia en sus respectivos campos desde una
postura cercana e instructiva.
Desde la inspección educativa,
Pilar Cruz Aparicio nos instruyó sobre el marco legislativo sobre los modos de
actuación ante los casos de acoso en los centros –tanto de educación infantil y
primaria, como secundaria-. A pesar del carácter técnico de estas jornadas –la
primera y la última, respectivamente-, despertaron la participación e interés
de los asistentes; creo que a ninguno de los profesores, jefes de estudios y
directores allí presentes nos gustaría sentirnos impotentes ante una situación
de conflicto y violencia soterrada, por lo que además de las explicaciones de
la inspectora, más de uno se animó a aclarar dudas. Además de conocer el
funcionamiento del marco regulador, especificado en el decreto
15/2007, Pilar también dedicó su debido tiempo a explicar el protocolo
de actuaciones que debe activarse ante un posible caso de
acoso.
La segunda ponencia abordó el
tema de la violencia en los centros educativos desde el ámbito médico. La
pediatra Mª Angustias Salmerón Ruiz, experta en el trato con adolescentes
compartió su experiencia en la práctica médica, incidiendo en los casos en los
que se refleja un mal clima escolar o familiar con los síntomas psicosomáticos
en los menores. En concreto, esta ponencia me pareció especialmente reveladora,
ya que dio pistas para una detención temprana de situaciones en las que los
alumnos pueden estar sufriendo una situación que les supera –no sólo acoso
escolar-. Además, la doctora dedicó parte de su actuación a informar sobre los
efectos de las TIC en los menores, un tema tan de moda y sobre
el que se habla en muchas ocasiones desde el desconocimiento.
Desde la policía tuvimos la
oportunidad de escuchar a Esther Arén Vidal, inspectora de policía que en los
últimos años ha trabajado con los malos
usos de las redes sociales y los delitos asociados a ellos. Además
de tratar el ciberbullying, Esther
nos informó de los delitos sexuales y la falta de seguridad que genera una mala
educación en materia de TIC en los menores desde un estilo claro, directo y
desenfadado. En este sentido, creo que a más de uno de los asistentes nos hizo
reflexionar sobre nuestro desconocimiento para saber por dónde respiran
nuestros alumnos cuando están conectados, y hasta qué punto construyen una vida
paralela en las redes, no exenta de peligro precisamente.
El curso del CRIF también
incluyó la participación de Mª Luz Sánchez García-Arista, experta
en mediación y gestión de conflictos. En este caso, fue agradable
contar con la experiencia de una persona que nos diera pautas y consejos para solucionar conflictos de la
manera más saludable y positiva posible.
Las jornadas para mejorar el
clima y la convivencia no estarían completas sin un “decálogo” de buenas prácticas.
En este caso, contamos con la intervención de los equipos directivos del IES Ángel Corella, en
Collado Villalba; y del CEIP Sierra de Guadarrama, en Guadarrama. Tanto
Laureano Cuevas y Sergio Quirós -director y jefe de estudios del IES
respectivamente-, como Julia Aguado –directora del colegio- destacaron la
importancia que tiene el reglamento de régimen interno de los centros para
mejorar la convivencia. En el caso de Laureano y Sergio, remarcaron que un buen
clima escolar también involucra la actuación de los profesores y su
interrelación con los alumnos, destacando el papel de los docentes no sólo como
transmisores del conocimiento, sino también como modelo de conducta, por lo que
cobran especial importancia las formas y maneras de todos los miembros de la
comunidad escolar. En el caso de Julia Aguado, tuvo la amabilidad de compartir
con los asistentes la implementación de un plan de alumnos mediadores en su
centro, explicando parte del proceso de formación de estos alumnos, la
experiencia de los niños y los beneficios que había alcanzado el proyecto en la
convivencia del centro.
Para concluir, me gustaría remarcar
que el enfoque multidisciplinar de las jornadas ha sido un acierto fundamental
para el aprovechamiento de esta formación; no hay nada que iguale la seriedad e
implicación de una persona volcada en su labor –sea educativa, policial o
sanitaria-. Contar con las explicaciones de este tipo de expertos ayuda a
comprender mejor un tema tan delicado como es la convivencia en los centros
escolares, descubriendo facetas ocultas y recursos para la solución de
problemas. Conflictos y problemas van a surgir en nuestra práctica docente–como
ocurre con todas las áreas de la experiencia humana-, pero se viven mejor si te
sientes preparado para afrontarlos.
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